Los debates sobre la soberanía alimentaria hacen hincapié en el derecho de los individuos a una dieta sana, suficiente y sostenible (Patel, 2009; González-Esteban, 2014). El interés sobre las dietas del pasado y su impacto en la salud y la longevidad de los individuos es de gran relevancia, especialmente cuando las diferencias sociales ante la calidad de vida en la vejez y en la duración de la vida se han ampliado a lo largo del último siglo (Bengtsson and Dribe, 2011; Bengtsson et al., 2020).
A pesar del interés que suscitan las cuestiones sobre calidad de vida en el medio rural, existen dificultades para aproximarnos cuantitativamente al impacto de la dieta en el bienestar a nivel individual por la escasez de fuentes disponibles. Sin embargo, conocemos que la alimentación está fuertemente conectada con indicadores biológicos y demográficos. La dieta durante la infancia condiciona la estatura (Martínez-Carrión, 2001, 2012). Igualmente, existe una conexión entre la calidad de vida y la esperanza de vida, que se traduce en diferencias socioeconómicas ante la muerte (Link and Phelan, 1995, 1996, 2002).
El objetivo de esta sesión es poner en común los estudios cuantitativos que se están realizando con indicadores demográficos y de bienestar biológico sobre los niveles de vida en el medio rural. Fundamentalmente aquellos trabajos realizados a partir de datos antropométricos y demográficos conectados longitudinalmente. Ello nos permitirá profundizar en cómo ha evolucionado en el largo plazo la desigualdad social en el bienestar biológico y la longevidad en el medio rural.